miércoles, 30 de septiembre de 2015

SE ABRE EL NUEVO CURSO CON "LAS CENIZAS DE ABRIL"

LAS CENIZAS DE ABRIL
Comenzamos un nuevo curso de nuestro Club de Lectura, y lo hemos hecho con la novela, “Las cenizas de abril”, de Manuel Moya, el cual, nos acompañó en el debate y análisis de su novela
La tertulia literaria con el autor de la novela dejó un magnífico mar de sensaciones, que se han traducido en elogios al autor, que de forma tan magistral nos fue desgranando la elaboración de la trama, la documentación que manejó, la construcción de los personajes y hasta la negociación de algunos pasajes de la obra con la editorial.
Terminamos nuestra tertulia con la firme propuesta de hacer una ruta literaria por los lugares de Lisboa donde se desarrolla la novela, contando con el ofrecimiento de Manuel Moya para acompañarnos en este recorrido. 



El narrador en primera persona es un joven portugués prófugo para no hacer la mili quien viaja a París en busca de nuevos horizontes, sin dejar de mirar atrás a su Lisboa querida. Sophia, quien conocemos a poco de suicidarse en la actualidad pero que se presenta como el verdadero eje de la historia, criada en Angola, con el padre mutilado por un terrorista allá, pero cada vez más alejada del régimen de Salazar. Fernando es un compañero de su niñez colonial a quien redescubre en Lisboa convertido en un radical izquierdista que viaja de nuevo a África a combatir desde allí. Sophia mientras vuelve a estudiar en París donde contacta con el nuestro narrador. El cuarto personaje es un inspector de policía, de Andrade, abogado reconvertido en antisubversivo con un historial colonial de espanto, al que el final del régimen le tiene contra las cuerdas. Moya une, entrelaza y teje con esos cuatro hilos la historia de aquellos años en Portugal, con las conexiones coloniales y parisinas al uso, para crear un mural de lo que allí aconteció. Una obra densa, calmada y bien construida que deleitará a todo tipo de lector, puesto que incluye buenas dosis de lo que muchos buscan en un libro, una buen argumento, una conmovedora historia, compromiso social e incluso grandes vetas de novela negra e intriga.
Cuando Sophia, joven de familia acomodada, se enamora de Fernando, que aunque es de su mismo estatus, es un idealista radical, transforma su percepción de la vida social y política portuguesa. Crecidos en una Angola azotada por las guerras coloniales, ambos se implican en la lucha contra la dictadura, formando un comando terrorista cuya misión será secuestrar a un agente de la PIDE (Polícia Internacional e de Defesa do Estado ), la temida policía política, que les anda siguiendo los pasos. Sin embargo, la información que obtienen de su secuestrado les revela no sólo sus métodos expeditivos, sino también una cuestión personal que alterará de forma irreversible sus existencias.
Las cenizas de abril, inquietante novela de intriga, está narrada a partir de varios hilos narrativos que nos dan diversos puntos de vista. La principal perspectiva, en primera persona, es la de un joven portugués que desertó para evitar ir a África y que se encuentra exiliado en París. Además, la obra se adentra en las peripecias, sueños y desencantos de otros tres personajes, víctimas de unos tiempos oscuros en los que aún cabe la esperanza de la revolución y el fin de la dictadura.

La novela, a su vez, profundiza en los métodos de un régimen herido de muerte, especialmente en los de la policía política, una institución perversa que persigue a cualquier posible “elemento subversivo” que pueda poner en peligro la estabilidad de la dictadura. Las constantes torturas, palizas, vejaciones y encierros que la PIDE llevó a cabo se granjeó la animadversión de la sociedad, cuya respuesta ante esta injusticia podemos ver tras el 25 de abril, pese a que esta institución fue de las que más resistió tras la caída del gobierno de Caetano, último exponente de la dictadura salazarista.
La vida en las colonias que Portugal poseía por aquel entonces también se retrata desde la perspectiva del subinspector Andrade, quien se ve envilecido por los constantes actos de los terroristas angoleños, entre los que se encuentran desde explosiones hasta empalamientos, pasando por emboscadas a los soldados portugueses que hacían de su estancia en esta colonia durante la mili un baño de sangre. Lo único que vale es la fuerza y, en apariencia, el bando más salvaje con el contrario será el vengador en esta contienda.
En definitiva, con una estructura de saltos retrospectivos y llena de sugerentes descripciones, Manuel Moya esboza todo un fresco de la sociedad portuguesa que se encamina hacia esos días maravillosos e irrepetibles que siguieron al 25 de abril, la Revolución de los Claveles, tan sobrecargados de ilusiones como de sombríos desengaños.



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